¿Temporada de premios?

Al parecer lo es, y estoy muy contenta de haber sido premiada! Así que aquí va el meme

1.¿Por que has decidido bajar de peso?

Porque no estoy contenta con cómo me veo ni con cómo me siento. La imagen que tengo de quien quiero ser no coincide con la imagen de quien soy en este minuto, y realmente quiero que lo haga. Pero me he hecho consciente que mi problema no son sólo los kilos de más sino cómo me relaciono con la comida y como por ansiedad, muchas veces sin disfrutar la comida o por sentimientos que no tienen nada qué ver con el hambre. Sé que ése es el problema real, el resto son sólo los síntomas, y quiero superarlo, aunque es difícil, pues implica cambiar no sólo una conducta sino una mentalidad. Pero debo hacerlo para tener la vida sana que deseo.


2.¿Que sientes al tener gente que te comprenda tan bien?
Es increíble. Al final esta es una lucha individual, eres tú luchando contra tus malos hábitos, tus costumbres arraigadas, tu entorno, juntando tu fuerza de voluntad, y dejando de lado las cosas que a ti te tientan, y si la fuerza no viene de ti, si no estás realmente decidida, entonces NADIE puede ayudarte. Pero cuando sí estás decidida, ver a otros pasando por lo mismo, con una lucha similar, problemas y desafíos similares, no sólo te hace sentir comprendida, sino que te inspira ver cómo cumplen sus metas. En el día a día no tengo a nadie haciendo esto conmigo y aunque la gente tiene empatía y te trata de entender, no es lo mismo que cuando llego a este espacio virtual y veo a otros que me entienden porque les pasa algo similar que a mí. Es como un refugio, un incentivo y una ayuda, todo al mismo tiempo


3.¿Que vas ha hacer cuando hayas conseguido tu objetivo final?
Tratar de mantenerme, porque no quiero volver a subir de peso como me pasó tantas veces. Entonces cambiaré de foco, de perder peso a controlar mi ansiedad, para asegurarme que mis nuevos hábitos sean realmente duraderos y ver que realmente cambié mi vida para siempre y no fue algo sólo temporal. Y luego disfrutaré de verme y sentirme bien =)


4-¿Que llevaras puesto entonces? Vestidos! Muchos vestidos y mini faldas! jajajaja. Y pantalones talla 42 y tops ajustados y colores claros y toda esa ropa que usé el 2006 y ahora no me puedo poner.


5.¿Cómo actuarás?

Como siempre lo he hecho. Cuando bajé de peso antes (el 2006) debo decir que actué distinto, porque me sentía más segura de mí misma y quizás se me subieron un poco los humos a la cabeza, claro que mi vida era mucho más inestable que ahora, y tenía muchos temores relacionados con mi carrera y mi familia que me impulsaron a actuar más "alocadamente", supongo. Ahora quiero simplemente seguir con mi vida de siempre, junto a la gente que quiero y que me ha apoyado, pero sintiéndome mejor conmigo misma y sabiendo que superé un problema que va más allá del físico, que afectaba mi mente, mi autoestima y mi relación con la comida. Pero siempre intentaré recordar que lo importante va por dentro, y que eso no cambia con kilos de más o de menos, y que sigo siendo la de siempre, sólo que sintiéndome mejor.


6.mandar el premio a tres blogueras/os con los que sientas que te apoyan Qué difícil, siento que todas me apoyan, y aquellas cuyo apoyo es más fundamental para mí... adivinen qué, ya recibieron el meme de alguien más, jajaja, como Amara que es quien me lo envió, ella debiera ser la primera premiada. Pero bueno, aquí van otras tres, lamento no poder enviárselo a más!
White Rose
Mara
Ana
Y voy a agregar a un bonus, porque está recién empezando su blog y creo que le gustará hacer un meme, a Mi Meta hacia los 60 kgs, para que te dé más ánimo, guapa!


7.en lazar o nombrar el blog de la persona que te ha dado el premio
Fueron dos: Amara y Cris: chicas, muchas gracias por el premio, me identifico mucho con lo que ambas escriben y espero seguir leyéndolas y animándolas con los que pueda. Ambas son un sol.

Dulce versus Salado

Todos tenemos ciertos alimentos que nos tientan más que otros, ciertamente. Esos que cuando los vemos sabemos que son nuestra debilidad, y nos hacen querer mandar toda la dieta por la borda, presas de la tentación. Sabemos que por ellos podríamos perder el control, y que cuando los vemos debemos reforzar nuestra fuerza de voluntad para no tocarlos.


Gracias a lo que he leído en el blog de M, he comprendido con más claridad algo que siempre supe pero era incapaz de poner en palabras. Estos alimentos me generan adicción, si los veo soy capaz de perder el control y comerlos con gran ansiedad, hasta después de estar satisfecha, no sólo de probarlos, a veces ni siquiera de disfrutarlos. Y tras comerlos no me siento bien, sino mal y culpable por mi debilidad, a veces mal físicamente por haber comido mucho más de la cuenta, y con esa sensación de que la comida me controló en vez de poder yo controlarla a ella.


Sé que para algunos estos alimentos a los que me refiero son los dulces, el chocolate, los helados, las tortas o los croissants y mediaslunas. Para mí, aunque sin duda que me gustan todos los anteriores, no son los que me desatan todo el descontrol. Siempre me ha gustado más lo salado que lo dulce. Muero al ver unas papas fritas o una pizza. Un completo (hotdog) o una hamburguesa de ésas que llevan "de todo". Y me gusta la cerveza, hasta he logrado aprender a distinguirlas y diferenciar sutilezas de sabores, cuanto cuerpo tienen, he aprendido a disfrutar con gusto por motivos distintos una negra de una ámbar o una rubia y tengo mis favoritas. Así que ir a un bar y ver gente comiendo pizza o papas fritas para acompañar una cerveza, realmente me hace sufrir.


También me gustan las pastas y el arroz blanco, que por suerte he aprendido a reemplazar por sus versiones integrales, y en dosis bien medidas. Y el pan blanco con casi cualquier acompañamiento también me gusta mucho. Pero también lo sustituí por integral en dosis muy medidas. La semana pasada comí por primera vez en como un mes algo de arroz integral un día, y pastas integrales otro. Me he controlado. Ha sido difícil, pero lo he logrado.


Pero sé que estas comidas siempre serán tentaciones para mí. Me ayuda saberlo, pues así sé que cuando me voy a enfrentar a una situación en la que estarán presentes, debo prepararme antes y juntar fuerza de voluntad para hacerlo, para ir preparada para no sucumbir a la tentación. Si no lo hago, si voy con una voluntad débil, pensando por un lado que no caeré en la tentación, pero muy en el fondo deseando y considerando hacerlo, sin duda que caeré. Así que ese "muy en el fondo" debo prepararlo para que sea acorde a mi determinación de portarme bien. Para ni siquiera mirar mucho aquello que me tienta, ser fuerte, y enfrentar la tentación siempre con la determinación absoluta a ignorarla. Si dejo entrar una sombra de duda siquiera en esa determinación, sé que caeré. Por eso me ayuda identificar estas debilidades, para superarlas y ser cada día más fuerte y tener éxito en todo este esfuerzo por cambiar mi vida.


Y para ustedes, ¿cuáles son sus mayores tentaciones y cómo se preparan para enfrentarlas?

La Ropa y la Femineidad

Hoy quiero tocar un tema que a todos les es familiar, y que me inspira un montón: la ropa. Si me queda mucha inspiración sobre esto después de terminar de escribir esta entrada, quizás hasta lo convierta en una sección regular del blog.

Creo que a todas/os nos ha pasado alguna vez ir caminando frente a una tienda y ver en vitrina algo precioso, que sabemos que nos quedaría muy bien si es que está en nuestra talla. Y ahí nace la pregunta clave: ¿estará en nuestra talla?

Ahora, disculpen los lectores masculinos, pero me enfocaré en las mujeres, netamente porque es la experiencia que conozco. A mí por lo menos me gusta mucho la ropa linda y femenina. Siempre he pensado que, sin importar los kilos o el tipo de cuerpo que tengas, una jamás debiese verse obligada a renunciar a su coquetería y su femineidad. Pero no puedo negar que cuando más estuve pesando debí cambiar mucho mi guardarropa, y hubo días en los que me ponía cualquier cosa con tal de que me quedara medianamente bien. o me entrara. Mi truco muchas veces fue resaltar el escote, que me seguía luciendo y que todo el resto fuera más suelto.

De este tipo de trucos quisiera hablar más adelante, quizás dedicarles uno varios posts enteros, algo así como "la moda con GS", jajaja, pues he notado que las páginas de moda que he encontrado no son muy distintas a la gran mayoría de las tiendas que veo en la calle: todo parece estar pensado para gente muy delgada. Así que me parece importante que alguien trate el tema desde otros ángulos (o en nuestros casos, curvas).

Pero volviendo al tema de las tiendas, de sobra está decir que de pronto nos volvimos expertas en evitar algunas que sabemos que no tienen ni tendrán nuestras tallas. Y a veces ni siquiera es por culpa de nuestro sobrepeso, pues cuando yo estaba en mi peso ideal muchas veces sufrí encontrando jeans para una persona con caderas de mujer adulta, o algún top hecho para alguien que usa mínimo una copa C. Lo peor, el descaro de que alguna dependienta te diga "no tenemos tallas grandes" cuando sólo le pediste unos vaqueros talla 42 (que a mí me parece bastante normal). Evidentemente, al subir de peso y empezar a usar jeans talla 46/48, son las primeras tiendas que aprendiste a evitar.

Y luego, decides entrar a una tienda que no es de ésas, que parece que tiene todo tipo de tallas. Pero aún así te costó mucho encontrar algo que te quedara bien. Las cosas entran, claro, pero ¿se ven bien? No necesariamente. Si algo te cierra apenas, y parece que los pantalones o la blusa están a punto de reventar... claramentee te hace ver mal. Y ahí no falta la dependienta desesperada porque compres que intenta descaradamente convencerte de lo bien que te ves. Recuerdo que apenas podía respirar con un top y que parecía que mis pechos estaban por salirse por arriba y mis neumáticos por abajo, y una tarada intentaba convencerme que me veía espectacular pero que era yo la que "no quería darse cuenta". Por favor, una cosa es ser insegura y otra completamente carente de sentido común. Quizás a ella le gusta parecer prostituta gorda, pero a mí no.

Muchas veces me ocurre también que me insisten en que me pruebe cosas que sé que no me van a quedar y me dicen "si tenemos tallas grandes" y opción a) su talla grande es realidad es "más grande que el resto" pero no necesariamente lo suficientemente grande para mí. U opción b) por muy grande que sea, no va con mi tipo de cuerpo. Aló, señora, ve mis pechos? Sí, esas cosas que me hacen caminar casi un poco encorvada por lo mucho que pesan. Bueno, eso NO ENTRA EN EL ESPACIO DIMINUTO DEL VESTIDO QUE ME ESTA OFRECIENDO.

No, no es que esté resentida, jajajaja. Bueno, finalmente te cansas y terminas recurriendo a unas pocas tiendas que sabes que no te fallan o a la ropa de segunda mano, donde muchas veces encuentras tallas que no hay en otras partes. Pero ahí los diseños son más limitados y es más difícil encontrar algo realmente lindo y femenino. Como si por el exceso de peso no tuviésemos el derecho que otras tienen, de querer un top con algunos adornos en el escote, o una falda hecha con una tela linda. Y no todas tenemos a alguien que nos pueda confeccionar la ropa a nuestro gusto. Hay que buscar, buscar y buscar, y a veces encuentras algo realmente maravilloso y que te queda bien, pero muchas veces renuncias antes de encontrarlo porque ir de compras simplemente no te motiva tanto. El proceso de probarse ropa se vuelve tan frustrante y agotador que sólo quieres evitarlo.

Pero, ¿saben qué creo? Que independiente de que ahora estemos tomando el buen camino y bajando todos estos kilos de más, no debemos renunciar nunca a vernos y sentirnos lindas y atractivas. Hay que hacer el esfuerzo, aunque cueste, para que nuestra dañada autoestima no sufra aún más cuando nos miramos en el espejo y estamos con ropa que no nos gusta. No podemos esperar por meses ese peso ideal antes de comprar ropa nueva y linda, además el cambio no debe ser tan radical, debemos ir acostumbrándonos de a poco a volver a querernos y sentirnos guapas, pues esto también es parte del proceso. Por eso, creo que sí comenzaré mi sección de moda, con tips y recomendaciones para que saquemos la mayor ventaja posible a nuestras curvas y no renunciemos a sentirnos atractivas y femeninas sólo porque aún no estamos en nuestro peso ideal. ¡He dicho!

Premio y otras cosas más

Bueno, muchas gracias por sus mensajes de mi última entrada, la verdad es que me animaron mucho, aunque el mensaje final de la entrada era algo así como "no importa que tan difícil sientas que es, yo sé que podemos", pero admito que lo escribí porque sentí que necesitaba animarme, y ustedes me ayudaron un montón con eso. Ahora estoy mucho mejor, con las pilas recargadas, lista para comenzar una nueva semana, compré mucha fruta ayer para prepararme para la semana, y realmente quiero que ésta sea una excelente semana para terminar bien el mes, aunque no logré bajar todo lo que quería para agosto, sabré que me esforcé y lo hice bastante bien.

Además, el lunes en la mañana (estoy escribiendo esto el domingo en la noche y lo dejo programado para que se publique el lunes en la mañana) me toca pesarmey ya les contaré cómo me fue, si bajé esos gramos que subí la semana pasada, si sigo estancada o bajé un poco. La verdad es que me conformo con bajar los gramos que subí luego de ese fin de semana malo del que les conté, pero sería genial que fuese algo más.



En otro tema, Chocolate me entregó este premio, ¡muchas gracias, linda! He visto que varios de ustedes ya han hecho este meme, pero no recuerdo exactamente quienes, así que si alguna ya lo hizo, le ruego que me disculpe y claro que no tiene para qué repetirlo. Hay algunos a quienes siento que ya les tengo muchísimo cariño y a quienes debería pasar este meme en primer lugar, pero no lo hago porque estoy bastante segura de que ya lo leí en sus blogs. Para las premiadas, les dejo las reglas:

1- Enlazar al blog que te lo entregó.

2- Poner en tu blog las reglas.

3- Entregarlo a 6 amig@s

4- Avisarle en su blog que tiene un premio

5- Contestar las preguntas siguientes:

a) Por qué te decidiste a tener un blog?
Porque decidí que no sólo me basta con hacer dieta esta vez, que tengo que cambiar mi relación con la comida y tratar de encontrar formas de manejar mi ansiedad sin comer. Esto hasta el día de hoy me parece algo tan difícil (pero No imposible) que me di cuenta que no podía hacerlo sin ayuda y me pareció que registrar mi experiencia y buscar el apoyo de otros que están haciendo lo mismo me podría hacer mucho más llevadero el camino (¡y así es!).

b) Cuánto hace que lo tienes?
Desde el 3 de agosto de este año.

c) Qué sentimientos tuviste a través del mismo?
Uf, de desahogo, empatía, cercanía con otros que enfrentan y sienten cosas similares a las que siento yo, alegría cuando ustedes están felices y logran sus metas tanto como cuando yo lo hago, y una plenitud inmensa que me provoca escribir y poder transmitirles a otros lo que siento a través de la palabra escrita.

d) Cosechaste muchos amigos?
Estoy cosechando a muchos, creo, y son maravillosos =)

e) Qué es la amistad para vos?
Estar ahí para el otro en las buenas y en las malas. Dar sin esperar algo a cambio. Confiar y saber que puedes ser tú misma sin miedo.

f) Qué te gustaría decirle a una amiga hoy...
No importa que tan difíciles puedan parecer las cosas hoy, no hay mal que dure cien años y nuestra capacidad de reponernos a las dificultades es infinita. Las situaciones difíciles siempre nos hacen descubrir una fuerza interior que no sabíamos que teníamos y sé que será igual para ti, saldrás de tu lucha más bella y fortalecida que nunca.

g) Qué esperas de una amistad?
Que me entiendan y me acepten como soy. Que no me den la espalda ante la primera dificultad. No pido palabras sabias, ni grandes acciones... sólo que estén ahí.


A continuación van las premiadas:

- Obesa en Lucha
- Mara
- Ana
- Lollipop
- Esther
- Carolina

Bueno, querría premiar a muchas más, pero sé que muchas de quienes pensé en premiar ya hicieron el meme, si alguna de a quienes premié recién también lo hizo, les ruego me disculpen y no se sientan obligadas a repetirlo. Y gracias por su amistad a todas/os.



Ah, casi lo olvidaba! Al menos tres personas me dijeron en el trabajo que me veía más delgada! =) Estoy muy contenta!

Esto no es fácil


Nota: Esta entrada va dedicada para todos aquellos que sienten que están a punto de mandar todo a la mierda (perdonen el lenguaje), o que ya lo hicieron, o que no quieren saber más de dietas por un tiempo, que sólo quieren poder flaquear y no hacer más esto, como yo me siento ahora.



Esto no es fácil. No es como que dices un día "hoy voy a estar a dieta y comenzaré a cuidarme" y de ahí en adelante todo se da fácil. Al comienzo te cuidas por unos días, te subes a la báscula, ves que has perdido algo de peso, trazas tus metas, te sientes animada, sientes que el esfuerzo vale la pena y partes con mucha energía. Pero no todos los días son así.


Todos los días debes rechazarle a al menos una persona algo que sabes que no debes comer. A veces a varias personas. A veces te toca ver a todos comiendo pizza y bebiendo cerveza y tú simplemente dices "no puedo" y bebes tu coca cola light.


Muchos días subes a la báscula y estás estancada en tu peso o hasta ganaste unos gramos y sientes que todo es en vano.


Demasiados días alguien te pide que rompas tu dieta "sólo por hoy", que te permitas torta "sólo por esta vez porque es mi cumpleaños", y sabes que si lo hicieras pasarías más días rompiendo la dieta y comiendo cualquier cosa que cuidándote.


Todos los días debes volver a autoconverte de que esto vale la pena. Debes juntar fuerza de voluntad, y antes de ciertos eventos debes concientizarte y mentalizate para que cuando te ofrezcan algo "prohibido" ser lo suficientemente fuerte y decir que no, porque si no te concientizas antes, puede que te convenzan.


Pero no es una lucha contra los demás, es contra una misma. Porque en el fondo sabes que las excusas, la indulgencia, la permisividad, el decir todos los días "mañana empiezo a portarme realmente bien", viene de ti y sólo de ti. Tú decides dejar que los otros te convenzan. Tú decides aplazar indefinidamente el esfuerzo por cambiar tu vida. Tú decides comer cuando sientes ansiedad en vez de distraerte con otra cosa.


Para mí, al menos, es dentro de todo algo más tranquilizador recordar que el esfuerzo viene de mí, y los momentos de debilidad también, y no culpar al resto. Porque si viene de mí, puedo controlarlo, si viniera del resto, no. Parte de este esfuerzo es recordarnos, día a día, que está en nosotros cambiar, y dejar de responsabilizar a otros de que "hoy no pudimos" o de que hayamos llegado a este punto, en el que ya no hay que bajar 5 kgs, sino al menos 20.


Siento que todos los días al despertar debo recordarme por qué estoy en esto y por qué es tan importante para mí, y que ésa es la única forma de seguir. Que debo hacerme la idea de que durante el día enfrentaré tentaciones y convencerme a mí misma de que les diré a todas que NO, sin siquiera permitirme un segundo para dudarlo o considerarlo. Siento que he echado tantas dietas por la borda y que no quiero que ésta sea una más. Y para lograrlo debo buscar en mí, en ésas fuerzas que ni siquiera sabía que tenía, removerlo todo, poner toda mi energía en esto y volver a convencerme que está en mí el poder de cambiar. Que yo PUEDO, QUIERO, NECESITO hacer esto.


Los resultados no son inmediatos, ni tan evidentes o rápidos como quisiera, pero van a llegar y cuando vea mis metas cumplirse, sé que valdrá la pena. A veces quisiera poder colarme un rato en las cabecitas de ustedes y cuando los noto decaídos, tristes o desanimados, hacerlos comprender todo esto. Pero no sólo no puedo, sino que a veces me cuesta convecerme a mí misma de todo esto. Y es increíble la fortaleza mental que requiere. Pero creo firmemente que todos la tenemos, y que si queremos podemos, y que lo vamos a lograr. Cambiar nuestras vidas y que esta vez sea definitivo.

Mi madre y yo

Como muchas niñas, crecí adorando y admirando a mi madre. Soy hija única, y siempre me pareció la más todo: linda, tierna, inteligente, buena persona, etc. Me recuerdo de muy niña probándome su joyería, tratando de parecerme a ella. Pero con el tiempo esa relación cambió. La menciono porque ahora ha jugado un rol importante en mi lucha contra el sobrepeso. Verán, ella es psiquiatra, especialista nada menos que en trastornos del apetito. Sí, irónico, ¿no? Trataba a pacientes con anorexia, bulimia y obesidad.
Supongo que en parte por eso, pero también por amor y preocupación y porque siente que cuando era niña a ella nadie la ayudó, que se obsesionó con evitar mi sobrepeso a toda costa. Cuando yo tenía 14 años llegué a pesar 63 kgs en vez de mis 58 usuales. Inmediatamente lo notó y me puso a régimen por primera vez en mi vida. Yo, que siempre había sido flaca. Pero lo acepté, lo seguí y bajé de peso.
Así seguimos varios años, muchas veces con resultados bastante menos positivos que ése. Alguna vez me llevó a un nutricionista y otra vez donde otro médico, cosas que agradecí. Pero cuando se comportaba como mi "policía de la comida" y vigilaba lo que yo iba a tomar de la cocina, la verdad es que me sentía muy mal y aumentaba mi ansiedad.
Mi madre decía que cuando ella era niña tuvo sobrepeso de ignorante, porque no sabía que se debía comer y qué no, y porque su familia era pobre y compraba mucho pan y menos de otras cosas. Evidentemente que entiendo que no quiere que a mí me pase lo mismo, que sienta que nadie me cuidó, ni me enseñó a comer, ni me dijeron "¿sabes qué? el físico sí importa, digan lo que digan, y también importa la salud y debes cuidarte". Creo que resiente mucho a mi abuela por no haberlo hecho. Y yo, al revés, la resiento un poco a ella porque siento que lo hizo demasiado y me logró obsesionar con algo que inicialmente no me importaba tanto: el físico.
Sé que la salud es importante, pero mi madre rara vez me la dio como razón. La razón era que no quería verme gorda, que no quería que enfrentara burlas por eso o problemas de autoestima. Que el físico era importante. Y creo que en mi mente cobró una importancia sobredimensionada por eso. Cuando estoy gorda me miro al espejo y siento asco. Me siento horrible, recuerdo como me veía cuando era flaca, pienso muchas cosas y me siento muy mal. Luego, cuando en un ataque de ansiedad, mi "policía de la comida" aparecía mirándome con reprobación o pena, o me decía "no comas de ese pan que tiene manteca!!!" yo sólo sentía deseos de gritar o llorar. Sí sabía que no debía comer esas cosas pero la ansiedad me superaba y ella me la incrementaba. Siempre me sentía culpable de comer y muchas veces busqué hacerlo a escondidas de ella. Le dije MIL VECES que lo que me decía me hacía peor, y aunque como siquiatra me entendía, como madre no podía evitar volver a hacerlo. Y ahí ibamos de nuevo.
Ya no vivo con ella, y soy bien grandecita para hacerme cargo de mis problemas en vez de cargárselos a ella, o a las mega problemáticas relaciones que tengo con mi familia en general. Debo hacerme cargo y eso intento. Y ella me ve orgullosa como bajo de peso sola, y no me dice nada, espera a que yo saque el tema. Las cosas están bastante mejor ahora. Y ya no quiero ser como ella, como cuando era chica. Sólo quiero ser yo, y estar feliz con quien soy. Y no lo hago sólo por la importancia del físico, como ella tanto repitió, aunque sí quiero verme y sentirme linda. Lo hago por mi salud, porque tengo una mala relación con la comida, porque para mí será un logro importante... en fin, pueden leerlo en mi entrada de mis motivos. ¿Cuáles son los suyos?

Estancamiento y cambios


Sí, así tal cual, estancamiento y cambios. Estoy estancada en los 73 kgs e incluso gané algunos gramos, acercándome a los 74 kgs (mi báscula no es tan exacta como para poder darles una cifra más exacta y además soy algo miope así que me cuesta contar las pequeñas líneas que marcan los gramos). Me siento muy decepcionada de mí misma.

Tuve una semana ejemplar, hasta el fin de semana, cuando debo admitir que fui más permisiva conmigo misma. No es que caí en la tentación y "no pude controlarme". Decidí con absoluta lucidez salirme de la dieta un poquito, primero el viernes probando un trozo de pastel de manzana que hizo mi mamá (aunque ella dice que no le echó azúcar, sino sucralosa, aún así sé que engorda un montón) y más tarde comiendo sushi con mi novio. Y luego el sábado, que cumplíamos 9 meses juntos mi novio y yo, permitiendo algo de vino tinto.

En otros tiempos este resultado me habría hecho flaquear y tirar toda la dieta por la borda. Mi esquema de pensamiento era "si ya metí la pata, ¿para qué seguir? metámosla hasta el fondo". Y sé que me hacía muy mal, porque luego me sentía aún peor. Pero buscaba desvincularme totalmente de la dieta para eventualmente liberarme de las culpas. Y claramente no funcionaba.

Ahora no pienso flaquear, me concientizaré para llenarme de energías esta semana y perder los gramos ganados. Sé que el esfuerzo que estoy haciendo va más allá de perder kilos, que lo que realmente busco es cambiar mi vida, y que eso requiere largo aliento, y no puedo darme por vencida sólo por ver que las cosas no marchan tan rápido como lo esperaba. Todo eso lo sé en el plano objetivo. En el subjetivo, uff, bueno, me siento pésimo igual, jajaja, me siento triste y decepcionada y como si mi esfuerzo no diera ningún fruto, porque tuve una muy buena semana antes del viernes y el sábado y aún entonces estaba estancada. Siento que perder un kilo me cuesta un montón y que ganar unos gramos no me cuesta nada. Que es más difícil que las últimas veces que hice dieta, que ahora debo tener mucho más cuidado y esforzarme el doble. Y es un poco agotador. Me duele también en como 4 semanas haber perdido apenas 2 kilos, aunque sé que es lo normal, bajar unos 500 gramos por semana. Pero todo lo que mi mente sabe en su objetividad me cuesta que se lo haga entender a mi lado emocional, que se siente algo herido.

Por otro lado, se vienen cambios en mi vida. Hoy empiezo a trabajar en un nuevo puesto, pero en mi mismo lugar de trabajo. Implica más horas y más responsabilidades. Saldré del medio tiempo para trabajar jornada completa. Además de sentirme emocionada porque es un nuevo desafío, me siento algo nerviosa, porque debo aprender muchas cosas nuevas, tener un horario más cansador y... adivinen qué... comer en el trabajo. El medio tiempo me permitía siempre comer en mi casa. Intentaré buscarle el lado bueno a esto, dejar mis comidas preparadas siempre la noche anterior, lo que me obligará a comer raciones más moderadas (para que quepan en los potes, ¡claro!) y a pensarlas con tiempo. Veremos cómo funciona.

Ah, y tengo a un nuevo personaje en mi blog, pueden verlo en la barra del costado derecho, bien abajo. Verán, acá a la grasa que nuestro cuerpo acumula, le llamamos "rollos" o "neumáticos", en vez de lorza como he visto que algunos de quienes leen este blog le llaman. Así que decidí buscarme mi propia versión de un demonio o monstruo de la lorza, como lo tiene Astarté, en mi caso es Michelin o el monstruo de los neumáticos. Así que aquí estamos todos tratando de alejarnos de él, al menos cuando me sienta desanimada lo veré y me reiré o cuando esté caminando o trotando (eventualmente espero hacerlo) podré imaginar que me persigue, jejeje.

Les dejo muchos abrazos, como siempre les agradezco leerme y comentar (no saben cómo me animan) y espero que tengan una excelente semana.

Correr

Me gusta correr. Jamás habría imaginado en mis tiempos escolares que diría esto, cuando lo odiaba y lo hacía por obligación, pero quizás ahí esté la clave, en el cambio de actitud. En el colegio nos obligaban cuando teníamos clases de Educación Física. Ahora lo hago por gusto y por decisión propia.

Comencé a correr el año 2006, cuando después de aquella dieta de la que les conté logré llegar a mi peso ideal. En ese entonces yo bailaba y quería mejorar mi condición física para no terminar jadeando a punto de morirme después de cada coreografía. Así que decidí complementar la danza con el ejercicio aeróbico que sabía que más rápidamente me ayudaría a mejorar mi condición física, que fue salir a trotar. Salía cerca de la casa de mi familia, donde vivía en ese tiempo, por un parque cercano. Corría de mañana, antes de ir a la universidad, aunque algunas veces lo hice al atardecer, cuando disminuía el calor primaveral.

Al comienzo me sentía algo patética y avergonzada. Me cansaba muy rápido, trotaba muy lento, y parecía que hasta los ancianos tenían mejor condición física que yo. En serio, varios me sobrepasaban en velocidad y algunos parecía que ni siquiera sudaban. Veía a mucha gente en forma, que llevaba años ejercitando, por lo visto, todos usando su ropa deportiva mega ajustada, con pantalones corto y las mujeres mostrando el ombligo. Y ahí estaba yo, que había perdido bastante peso y mi cuerpo estaba suelto, no tonificado, con ropas anchas, dieseñadas para ser más cómodas que lindas y poniéndome a los dos segundos a sudar como grifo abierto y colorada como tomate. Pero combatí la vergüenza y me esforcé igual. Y me quedó gustando. Pronto se convirtió en mi sueño ir a una maratón, de ésas del estilo 10k que organizan Nike o Adidas u otras marcas, que se han vuelto tan populares. Pero no lo hice. No ese año al menos.

Después de volver a subir todo el peso que bajé ese año y más, quise volver a correr. Pero fui impaciente. Quería correr y hacer dieta al mismo tiempo y no pude. O sea, al comienzo pude, el año pasado cuando decidí volver a correr. Pero me pasó algo muy frustrante. Dentro de algún tiempo mejoré mi condición física. El cuerpo me decía que podía correr más, ya casi no me cansaba y respiraba mejor. Corría como 3kms. Pero cuando intenté aumentar el recorrido comencé a sentir dolor en mis tobillos. Un dolor conocido. Lo sentí en el colegio la primera vez que subí mucho de peso. Era por el sobrepeso. Lo recuerdo muy bien, lo reconocí enseguida. Y entonces supe que debería conformarme con caminar rápido o hacer otro tipo de ejercicio hasta que bajara más de peso.

Esto nunca ocurrió, bajé algo de peso esa vez, pero no lo suficiente y esa dieta acabé por romperla y volví a subir. No pienso permitir que me pasé lo mismo esta vez. Voy a conformarme con caminar a buen ritmo por ahora y seguir con mis clases de danza, que tomo de vez en cuando. Pero bajaré lo suficiente para volver a correr, y correr lo que yo quiera, lo que mi estado físico me diga que puedo correr, sin que el sobrepeso me limite. Y cumpliré mi sueño de ir a un 10k. Cumpliré todos mis sueños y no guardaré más arrepentimientos ni deseos que se meven frustrados por los kilos de más.

Atributos Femeninos

Quizás parezca un tema demasiado personal o femenino, pero prefiero tocar todos los temas que rodean mi problema con el peso y la comida de manera directa. Si no lo hago aquí, ¿entonces dónde?

El asunto es que, como dije anteriormente, siempre he sido bien curvilínea. Me desarrollé temprano y más que otras chicas. A los 13 ya tenía dos lindos atributos, no demasiado grandes, pero más grandes que los de otras niñas de mi edad y en la calle ya me hacían comentarios desubicados, supongo que creyendo, por mi cuerpo, que era mayor. Ahora recuerdo con nostalgia esos tiempos de copa B en los que encontrar sostén no era problema.

Mas tarde evolucioné a la copa C y seguía estando bien. Con mi gran subida de peso de los 16-17 años, llegue por primera vez a la copa D. Y pronto, eso no era suficiente.

Este tema me ha torturado por largo tiempo. Las mujeres que tienen menos pechos que yo se ríen y dicen "no sabes la suerte que tienes" o "es que todas quieren ser distintas, las de pelo rizado lo quieren liso, las planas quieren tener más senos, y las que tienen muchos quieren tener menos". Sinceramente me da rabia que digan esto, que lo reduzcan a algo tan simple. ¿Saben la tortura que es para mí pasar frente a una construcción en pleno verano con la obesidad que tuve durante el verano pasado? ¡No hay forma de ocultarlas! Y todos, sí, TODOS, tienen un comentario sobre ellas. ¡Como si fueran la vida de un famoso que todos comentan! Desde las miradas lascivas y ese ruido que hacen algunos como sorbiéndose la baba (realmente asqueroso) hasta un "¿son de verdad?" o "¡¡¡tremendas pechugas!!!!", como si fuera un fenómeno de circo, no una persona.

Lo cierto es que así me siento la mayor parte del tiempo al llegar el verano. Como un fenómeno de circo. No algo que los hombres miren porque encuentran lindo o sexy. Sino algo que hombres y mujeres quedan mirando en shock, como a un hombre con tres ojos. Me siento humillada y denostada. Las miradas lascivas y los comentarios obscenos me dan asco (¿de verdad alguien cree que son halagadores? halagador es que te digan que te ves linda, sexy o guapa, no que te digan "Le chuparía las... [censurado]"). No sé si saben lo que esto le hace tu autoestima y percepcion de ti misma cuando todavía eres una adolescente.

Es todo un tema para mí, realmente. Ni estando en mi peso normal me salvo de tenerlas muy grandes. Como tengo una marcada cintura cuando estoy bien, se notan aín mas. Me rehúso a ocupar ropa suelta porque entonces me veo del ancho de mis pechos, que es muy grande, y a veces parezco estar gorda cuando no lo estoy. Me rehúso ademas a dejarlos ganar. Que tantos comentarios realmente me lleven a vestirme distinto y abandonar mi femeneidad, a ocultarme, como mi pobre madre que tiene problemas a la espalda porque pasó toda su adolescencia encorvándose para ocultarlas.

Pero al menos cuando estoy en mi peso recibo mas comentarios realmente halagadores en la calle, y menos comentarios obscenos que rayan en lo ofensivo. Me siento menos como la atracción del circo: la mujer de los pechos gigantes. Le temo al verano no sólo porque revela mi grasa, mis kilos de mas y el calor agobiante. Le temo porque vuelvo a verlas, más grandes que nunca, causándome todo tipo de problemas: encontrar ropa que me quede (blusas que pueda abotonar enteras, vestidos que no tengan marcada la zona divisoria entre pechos y el resto del cuerpo, que nunca me queda donde debe) luchar contra la irritación de la piel que las rodea por calor y sudor, el peso de los tirantes de los sostenes en mis hombros y, por si fuera poco, los comentarios que me hacen sentir humillada y asqueada.

En serio, quien crea que me quejo de llena, porque "todas quieren ser distintas", creo que peca de gran ignorancia. Es mi otro gran motivo (dos grandes motivos en realidad) para bajar de peso. Evidentemente su volumen disminuye cuando lo hago, inmediatamente veo que puedo abotonar las blusas enteras con mayor facilidad y que los sostenes me quedan mejor. Y sólo cuando esté en mi peso ideal, podré ver si realmente necesito una operación reductora, y de cuánto exactamente. Sí, es algo que en un comienzo me negaba a hacer, pensaba que tenía que estar contenta con lo que la naturaleza me dio y si era muy grande tratar de contenerlo como fuera posible. Pero en el 2006 estuve en mi peso ideal, y seguía teniéndolas gigantes. Y no sé si quiero vivir siempre con eso. Simplemente es demasiado difícil, y me hace mucho daño en muchos aspectos. Y quiero cuidarme, quiero estar bien. Quiero dejar de hacerme daño y estar feliz con quien soy, con como me veo y como me siento. No es por los demás (si lo fuera las dejaría como están, a los hombres les encanta), es por mí.


En la imagen: el tipo de vestido que jamás me podré poner, no sólo porque el blanco las hace ver aún más grandes sino por la división entre la parte baja de los pechos y el resto del cuerpo, que a mí me queda siempre más arriba y se ve francamente mal. Lo peor: el verano pasado se llenaron las tiendas de este tipo de vestidos y las vendedoras no entendían por qué no me los quería probar "si son tallas grandes". La vez que le hice caso a una por complacerla, no saben lo que me arrepentí.

PD: Se que todo esto puede sonar exagerado, especialmente para quienes pueden tener mas exceso de peso que yo y otros complejos. Pero para mi es un tema muy importante y complicado, con el que desde muy niña tengo problemas, asi que les ruego comprension.

Un "Antes y Después" Diferente

Veo que muchos que ya están cerca por alcanzar sus metas finales o, al menos, han recorrido un buen trecho del camino, suben fotos del "antes" y el "después". Yo quiero hacer algo similar, pero en mi caso va a ser al revés.


¿Al revés cómo? Bueno, verán, mi "antes" fue el año 2006, que como ya les conté fue el año en que bajé mucho peso, el cual desafortunadamente volví a subir el 2007 por mis problemas de ansiedad. Así que mi "antes" soy yo flaca. Mi "antes" del 2006 es como quiero estar el 2010, jajaja. O sea, mi meta es volver a verme como me veía en ese "antes". Ahora que ya sé que así se ve mi cuerpo delgado, sé qué esperar, y es eso.


Mi "después" soy yo en febrero, con mis 81 kgs. Ahora peso menos, es cierto, pero la idea es poner lo que menos he estado pensando (2006) y lo que más he llegado a pesar (febrero), para reconocer ambos extremos y visualizar como quiero llegar a verme, y como nunca más me quiero volver a ver.


Así que bueno, aquí voy, este es mi "antes y después", opuesto al que la mayoría sube, pero eventualmente espero subir el más "tradicional", para eso debo seguir con la dieta.

¿Qué les parece? Para mí es sorprendente lo que logré ese año (el 2006) y como llegué a verme, y también es sorprendente haber vuelto a descuidarme tanto y retroceder, perder aquello que gané. Por eso me importa tanto cambiar mi relación con la comida, más que sólo hacer dieta. Porque, ¿de qué me sirve volver a verme así si en cualquier minuto puedo volver a perderlo porque no sé controlar mi ansiedad?


En otro tema, aquí va mi menú de ayer, para quien tenga curiosidad de cómo es:

Desayuno: yogurt light descremado, quesillo 0% grasa, café con leche descremada.

Media mañana: una naranja grande.

Almuerzo: pechuga de pollo cocida con ensalada de tomate y lechuga y un poco de palta (aca le decimos palta al aguacate, es "el gusto" que me doy, como la "golosina" que me permito, pero en dosis muy medidas).

Media tarde: un yogurt light descremado y una taza de leche descremada.

Cena: carne tártara 4% grasa, molida, con ensalada de lechuga (aliñada con limón y Biosal).

Extras: 2 litros de agua y una caminata al salir del trabajo (3 kms aprox). Cuando puedo me tomo alguna taza de té verde o té rojo, que me gustan mucho.

Día 21

Queridos y queridas bloggers,

Estoy muy orgullosa de contarles que hoy es mi día 21 de la dieta que comencé el 21 de julio. Así es, son oficialmente 3 semanas y creo que han sido muy buenas. En general me he portado bien, no como excesivamente poco, hago en la medida de lo posible 3 comidas y 2 meriendas (a veces sólo hago una merienda) y he reducido carbohidratos, azúcares y grasas. Consumo principalmente proteínas y frutas y verduras. Lo que me falta incorporar es más ejercicio, camino pero no mucho, así que eso lo incorporaré esta semana.

Me quería pesar hoy, pero estoy menstruando así que no me atrevo. Soy "algo" obsesiva con el tema del peso, me gusta ver resultados rápidos y me cuesta ejercitar la paciencia, así que me he obligado a mí misma a pesarme sólo una vez por semana para no obsesionarme. Pero si me peso hoy y no veo los avances esperados, aunque mi cerebro sepa que es porque estoy menstruando, mis instintos obsesivos me llevarán a sentirme frustrada y querer pesarme todo el tiempo para ver alguna mejora, y no quiero caer en eso. Así que me abstengo, al menos por un par de días, por mi salud mental.

Durante la semana pasada enfrenté mi primera situación de ansiedad desde que estoy con la dieta del 21 de julio, y creo que la superé exitosamente. Fue el viernes y como escribí en mi entrada de ese día, me abstuve de engullir mi almuerzo con ansiedad, y decidí esperar a sentirme mejor para comerlo más tranquila. Tampoco lo comí 100% tranquila, lo admito, pero aún así fue un progreso para mí.

Además, el fin de semana salí tanto viernes como sábado. El viernes donde los amigos de mi novio, que sirvieron vino navegado (vino, azúcar, canela y naranjas y se hierve todo, es como un ponche tibio, especial para el invierno) y me abstuve aunque me gusta mucho. Llevé mi bebida light como ayuda.

El sábado fui al cumpleaños de una amiga en un bar. Habían opciones de tragos dulces y cerveza (como ya saben, una de mis debilidades) pero seguí firme con la bebida light. Varios pidieron pizzas que se veían deliciosas y también pasé. Para ayudarme comí una cena ligera (y temprana) antes de salir. Me tocó trabajar, así que llevé tanto mis meriendas como la cena al trabajo, lo que ayudó mucho. Así evito la máquina que expende golosinas (¡gran tentación!) o pedir comida a domicilio, como hacen muchos por aquí.

Espero pesarme pronto y poder contarles de mis progresos de una forma más objetiva. Pero estoy feliz de decir que este finde me puse unos pantalones capri negros con botas largas encima y me quedaban mucho mejor que antes, que me entraban, pero como son pantalones que se ajustan a la forma del cuerpo, me veía un poco ridícula. Ahora los usé orgullosamente, y el botón de un abrigo que antes no me cerraba ahora lo hace algo ajustado, pero lo hace.

Espero que la semana pasada para ustedes también haya sido buena, y que ésta que recién comienza sea aún mejor. Su apoyo durante esta última semana ha sido invaluable, sola quizás puedo hacer dieta, pero con ayuda puedo enfrentar mis problemas y mis miedos y cambiar mi mala relación con la comida. Gracias por leerme, seguirme y comentar. Yo también los leo.


Ahí está el look de las botas sobre los pantalones ajustados (aunque los míos son negros, igual que las botas) con un abrigo corto (como yo los uso). ¡Por supuesto que no me veo tan delgada como ella! jajaja, pero al menos creo que me quedó bastante mejor que antes.

Verano Austral

Febrero del 2009. Verano austral, verano en Chile. Fui a una de mis ciudades favoritas, Valdivia. Lo pasé de maravilla. Comí y bebí bastante, tengo una debilidad particular por la cerveza, y allí hay una gran fábrica de cerveza famosa, con un restaurante donde además la comida es muy buena. Ya estaba más gorda de lo usual antes de partir pero me negaba a pesarme. No quería enfrentarlo y sabía que una vez que me pesara tendría que hacerme cargo. Lo hice a mi regreso. Cual no sería mi horror al ver que la báscula marcaba 81 kg. Sé que hay gente que pesa mucho más que eso. Pero yo nunca había pesado tanto en mi vida y para mí era un cataclismo. Ya no tenía sobrepeso, tenía obesidad leve (tipo 1). Algo completamente nuevo para mí. Aún ahora veo las fotografías de ese verano y comprendo que debí haberme hecho cargo antes. Pero no puedo volver al pasado, sí puedo trabajar en el presente, que es lo que intento hacer.
Desde ese febrero he estado con dietas interrumpidas, a diferencia de lo que yo llamo una dieta "en serio". Intenté en marzo una "en serio" pero a las 3 semanas estaba muy, muy ansiosa y la rompí. Sin embargo alancé a bajar como 3 kg. Luego me di algo de tiempo para estar de cumpleaños y celebrar tranquila, sin dietas. Y pronto, en mayo, volví a mis dietas interrumpidas... una semana sí, otras dos no. Me decía que empezaba el lunes, luego mejor el martes, luego mejor el primer día del mes, las retrasaba, las comenzaba y a la primera tentación grande cedía y decidía posponer el inicio de mi "dieta en serio".
Estuve así hasta que me enfermé del estómago en julio. Bajé 2 kg más. Después de eso decidí aprovechar el impulso y comenzar la dieta. Pero claro que debí esperar unos días, porque había estado enferma (pasé un par de días casi sin comer porque todo me caía mal) y mi cuerpo me pedía con urgencia mimarlo y recuperarme. Después de eso sí empecé. El 21 de julio, con 75 kg, comencé mi actual "dieta en serio". Y sé que es en serio. Ahora tengo la voluntad que antes no tenía. Y soy consciente de un problema que va más allá de mi peso: mi ansiedad, sobre la cual escribí previamente, y mi relación enfermiza con la comida. Siempre supe estas cosas, pero nunca quise hacerme consciente de que si no comienzo por lidiar con ellas, todas mis dietas fracasarán. Inicialmente bajaré de peso, pero lo volveré a subir, como tantas veces me ha ocurrido. Y no quiero, ya no más. Es suficiente, es hora de cambiar.
Actualmente peso 73 kgs, he bajado dos kgs en dos semanas y mi día de báscula fue el lunes, así que espero descubrir una nueva cifra pronto. Crucen los dedos porque sea así, yo sé que me he portado bien, pero el cuerpo no siempre responde igual, para las mujeres es muy complejo y a veces depende de nuestro período, la cantidad de líquidos que estemos reteniendo, o nos estancamos después de una baja sostenida de peso. Aún así, espero que el saldo siga a mi favor. Ya veo como me comienza a quedar bien ropa que antes no me quedaba y entre eso, ver como cumplo mis metas, recordar mis motivos y leerlos a ustedes, mi ánimo se renueva continuamente y siento más energías que nunca para continuar.

Mis motivos

Astarté me ha recomendado escrbir mis motivos para bajar de peso y dejar el link con esta entrada visible en el blog, así que aquí voy. Es un ejercicio que le recomiendo hacer a cualquiera que esté empezando con esto.


- Porque tengo una relación problemática con la comida, en la que como por ansiedad o para escapar de cosas que siento, y quiero que vuelva a ser un alimento en lugar de una adicción.

-Porque quiero estar saludable, tanto física como sicológicamente.


- Porque quiero verme bien, sentirme bien y reconciliarme con mi cuerpo y mi autoestima.


- Por que quiero volver a ser capaz de trotar, y hasta correr una maratón, sin que el dolor de los tobillos por mi exceso de peso me mate.

- Porque cada día que pasa en que no hago nada por bajar de peso o controlar mi ansiedad al comer, el problema No se estanca, se agrava, y no quiero llegar a ver el día en que definitivamente se me salió de las manos y piense "debí haber actuado mucho antes".


-Porque soy muy joven para estar así, y no quiero que el tiempo pase y un dia mirar hacia atrás y decir "como fui tan tonta de no comenzar a cuidarme antes".


-Porque quiero dejar de sentir vergüenza al tener que usar traje de baño o ropa más destapada en el verano. También quiero dejar de sentir asco cuando me miro en el espejo desnuda al salir de la ducha.



- Porque quiero dejar de sentirme como fenómeno de circo por mis enormes pechos cuando camino por la calle en verano. Está bien que se vean grandes (naturalmente lo son) pero no gigantes, y quiero dejar de sentir las molestias físicas y sicológicas que me causan que estén como están.

- Porque algún día quiero tener hijos, y cuando ese día llegue, aunque no sea pronto, quiero estar lo más saludable posible.


-Porque quiero volver a usar mucha linda ropa (especialmente faldas y vestidos, mi debilidad) que tengo guardada de cuando pesaba menos, y sentirme cómoda en ella y volver a sentirme coqueta y femenina.

Hoy es uno de esos días...

Hace poco me llamó mi novio. Yo me acababa de servir una ensalada que compré hecha y aliñé muy saludablemente, con sal de dieta y limón. Estaba por comenzar a comerla cuando él me llamó.

Quería preguntarme si salíamos esta noche con unos amigos de él, que nos habían invitado a su casa después del trabajo. Desde que estoy con la dieta soy un poco reacia a ver a este par de amigos en particular. Me caen muy bien, son muy simpáticos y sé que serán comprensivos si les digo que estoy a dieta. Pero comen y beben bastante. Y por más que mi novio diga que el panorama no incluía comida, que sólo era juntarse a conversar un rato, sé que la opción de comer, o ahí en su casa o saliendo a alguna parte, saldrá a la luz. Y sé que ocurrirá lo que siempre ocurre: me ofrecerán opciones que la gente cree que son sanas pero que tu dieta no admite, y yo me sentiré mal y tendré que decir "no puedo comer eso", "eso tampoco", "tampoco puedo beber eso". Sé que lo harán con buena intención y me costará decirles que no, me sentiré mal por no poder retribuir su preocupación de alguna manera, diciéndoles "sí, eso es buena idea", o "ok, vayamos a ese sitio que ustedes conocen".

Sé también que no estaremos ahí de 8 a 10 pm como mi novio dice. Que no los ve hace algún tiempo y que cuando se entretiene no es consciente de la hora y yo tendré que decirle a las 10 "son las 10" y él me dira "vamos" pero seguirá conversando porque en el fondo no se querrá ir. Yo me sentiré mal y esperaré un rato más y nos acabaremos quedando hasta más tarde.

Sé que me apoya, pero no puedo explicar por qué cuando le expliqué todo esto me sentí pésimo. Me sentí como limitándolo por culpa de mi dieta. "Es que entonces tenemos que irnos temprano", "Es que entonces debo comer algo sano antes para no tentarme allá", "Es que esto, es que esto otro". Creo que le molestó, aunque me dijo que no, pero puede ser mi hormonal imaginación ahora que se acerca mi período. Sólo sentí que es TAN difícil, y que llevo dos semanas y media en esto y me he esforzado y no ha sido fácil y lo he hecho bien. Y que cuando las cosas vuelven a ponerse difíciles sólo quiero apoyo y comprensión, no que me las dificulten más. Sé que no me habló mal ni me dijo nada malo, sólo mencionó que tengo que encontrar la manera de lidiar con esto porque no nos vamos a recluir por mi temor a encontrarme con amigos comiendo cosas que no puedo comer. Tiene razón. Pero lo he hecho, he salido con amigos y he bebido coca light en vez de cerveza. Lo que ocurre es que no he ido a un panorama que seguramente implicará comida y no sé cómo me voy a sentir con eso. Pero no es sólo miedo, dentro de todo no tengo tanto miedo, es algo más.

Quizás se sumó a que hoy una compañera de trabajo volvió de un viaje y trajo chocolates para todos. Los dejó al lado de mi escritorio, porque ahí había espacio, y toda la oficina desfiló frente a mí sacándolo y diciendo "está muy rico!". Ella misma me ofreció y le dije que no, que estoy a dieta. Luego ella misma se acercó a comer y repitió la operación de todo el resto sólo que ella sabía que yo estaba a dieta. "Está muy rico", me dice. "¿Me estás sacando pica?", bromeé, pero en realidad lo dije un poco en serio. "No", me dijo mientras seguía comiendo prácticamente encima mío. Le pedí que se moviera, que sabía que yo no podía comer eso. Me respondió "yo tampoco". No pude evitar pensar (pero no lo dije), "sí, la diferencia es que yo de verdad no lo estoy comiendo, que estoy peleando contra la tentación en la que tú ya caíste y no me lo estás facilitando". Dicho sea de paso, ella siempre se queja que debe bajar de peso pero nunca hace nada.

Quizás son las hormonas y el hecho de sentir que el mundo hoy se confabuló para ponérmela difícil. Y sé que no es culpa de nadie salvo mía por no poder enfrentar esto mejor. Creo que me siento más vulnerable hoy que otros días y necesito más apoyo y menos tentaciones. Le colgué el teléfono a mi novio tras decidir que iríamos donde sus amigos y yo comería algo antes, y nos retiraríamos relativamente temprano. Pero seguía con pena y me largué a llorar.Y luego miré la ensalada y estuve a punto de saltar sobre ella cual tigre sobre su presa. Pero me dije a mí misma "no". No voy a comer con ansiedad, espero hasta que se me pase, aunque almuerce tarde, y entonces como. Así que decidí escribir para botar la ansiedad. Y en eso estoy, la ensalada sigue ahí, no la he tocado.

PD: ¿Alguien tiene alguna explicación para lo que me pasa (algo así como "todos colapsan un poco a las dos semanas y media) o simplemente es uno de esos días en los que necesitas más apoyo y comprensión de lo usual y nadie parece entender?

Mi ficha

Iré actualizando esta ficha a medida que evolucione y me imponga nuevas metas, que intentaré mantener lo más realistas (pero no por eso poco ambiciosas) posibles. (QUITA EDICION: octubre 2010).


Datos
Edad: 25 años
Estatura: 1,66 cms.
Contextura: media


Evolución
Peso Inicial (16 de febrero 2009): 81 kgs
IMC febrero 2009: 29, 3 (obesidad leve)

Peso fines de marzo (tras dieta que interrumpí): 78 kgs.
IMC marzo: 28,3 (obesidad leve)
Peso bajado: 3 kgs.

Peso el 21 de julio 2009 (día inicio nueva dieta) : 75 kgs.
IMC julio: 27, 2 (sobrepeso)
Peso bajado desde marzo: 3 kgs.
Peso bajado total: 6 kgs.

Peso 11 de noviembre 2009: 69,5 kgs.
IMC 11 de noviembre: 25,2 (sobrepeso)
Peso bajado desde 21 de julio: 5,5 kgs.
Peso bajado total: 11,5 kgs.

Peso 21 septiembre 2010: 75 kgs.

Peso 15 octubre 2010: 72,5 kgs.



Metas
Peso 30 de noviembre: 68 kgs. IMC esperado para esa fecha: 24, 6 (normal!!!)
Peso 31 de diciembre: 65 kgs.
Peso 31 de enero: 62 kgs.

Peso 28 de febrero: 58 kgs (meta final)

Como empezó todo

Mido 1,66 cms. Tengo 24 años. Debería pesar entre 58 y 61 kilogramos para estar en mi peso ideal. Mi contextura es media. Tengo la suerte de tener todo bien marcado, una figura muy curvilínea, que a veces me ha ayudado a verme más delgada de lo que en realidad estoy. Pero cuando de sobrepeso pasas a tener obesidad, aunque sea leve (tipo 1), nada ayuda, simplemente se nota. Lo terrible no es que lo noten los demás, es que tú lo notas y tú te sientes incómoda al mirarte al espejo.

Siempre fui delgada-normal. Hasta como los 16 años, cerca de los 17. Entonces tuve mi primera gran subida de peso. Pesaba más de 70 kg, no recuerdo cuantos, ¿quizás 74? Fue un año muy difícil para mí en el ámbito personal, por varios problemas familiares que he detallado un poco más en mi otro blog. Entonces hice la primera dieta en serio, la que ya no era para "bajar un par de kilos", la hice con ayuda de un médico durante el verano, cuando tenía 17 años e iba camino a los 18. Bajé bastante, llegué a los 64 kgs. Pero durante el año, enfrenté otro año complicadísimo a nivel familiar/personal. Volví a subir. Un nuevo verano, sin ayuda de médico, me dio otra baja considerable, aunque no tan grande como la anterior. Y un nuevo año me hizo volver a subir.

Luego, en la universidad no volví a intentarlo "en serio" (dietas que rompí a la semana no cuentan) sino hasta como el 2006, cuando estaba en tercer año de carrera. Una amiga me recomendó una dieta buenísima y equilibrada y con la aprobación de un médico de la familia me lancé a hacerla. Entonces pesaba 76 kg. Llegué a los 60 en un punto. Me sentía y me veía muy bien, realmente estaba en mi peso. Lo mantuve por más de un año, un récord para mí. Pero luego tuve un quiebre definitivo con mi novio de aquel tiempo. Y volví a subir.

Sin embargo, no fue sino hasta este verano austral que llegué a los 81 kg. Obesidad leve (tipo 1). Nunca antes pesé tanto en mi vida. Ahora comprendo que con hacer dieta no basta. Puedo bajar el peso que necesito, aunque ahora sea más que nunca y aunque mi cuerpo tarde más tiempo en perder kilos de lo que lo hacía antes. Pese a todas las dificultades, si estoy bien, puedo. Pero, ¿cómo evito volver a subir cuando vuelva a haber problemas en mi vida personal? Para eso necesito ayuda. Para aprender a enfrentar mi ansiedad, mi adicción a la comida, que ya no me hace disfrutarla siquiera, sólo me la echo a la boca y ni me doy cuenta cuando se acaba. Como puedo seguir después de estar saciada, como puedo seguir hasta sentirme físicamente mal. Ahora comprendo que es una enfermedad como cualquier otra, que atacar los síntomas, dentro de todo, no es tan difícil, pero ¿cómo consigo realmente sanar y evitar volver a padecerlos?

Ahora veo que mi madre tenía razón cuando decía en mi adolescencia que tendría que cuidarme de esto toda la vida, porque mi padre también era ansioso y eso lo hacía tender a subir de peso en momentos difíciles. Ahora entiendo que para esto necesito ayuda. Pienso que si mantengo actualizado este blog, y escribo aquí cómo me va, todo el tiempo, aún después de bajar todo el peso que quiero bajar, me ayudará a enfrentar el problema. Si sé que hay otros con problemas similares a quienes puedo leer y que me lean, también ayuda. Es un primer paso. Una primera forma de pedir ayuda. Sé que no es suficiente, que debo hacer más. Pero esta es mi forma de comenzar.

Comenzando a explicar mi obesa adicción

Tengo un problema. Es un problema con la comida. Nunca he llegado a la obesidad mórbida, según mi propia apreciación y lo que me señalan ciertos indicadores como el Indice de Masa Corporal (IMC), pero he estado con más que “con unos kilitos de más”. He estado gorda (todavía lo estoy). No lo digo por baja autoestima ni por denostarme. Es la realidad. Ha sido más que un simple sobrepeso. En el verano llegue a pesar más de lo que jamás he pesado en mi vida. Es serio.

Llevo dos semanas a dieta y ya he visto resultados. Estoy algo mejor. Tuve dietas interrumpidas desde el verano (las mantenía un tiempo y terminaba por romperlas) que también me ayudaron a salir de ese estado alarmante. Estoy segura que la dieta de ahora durará más que ésas, porque siento que mi determinación esta vez es distinta. Pero de que tengo un problema, lo tengo. Y me cuesta mucho admitirlo.

Una cosa es decir “estoy gorda, tengo que bajar de peso” o incluso ser más pasiva y sólo decir “estoy taaaan gorda”. Otra es reconocer que tienes una problemática relación con la comida, como yo la tengo.

No soy gorda porque mi contextura me provoque una tendencia a serlo, fui delgada cuando era niña y normal de adolescente antes que los problemas familiares se me vinieran encima. Entonces comencé a comer en exceso por ansiedad, sin hambre y muchas veces seguía comiendo después de sentirme saciada. Seguía sin poder parar, como quien consume una droga. La privación me hacía desear más la comida. Si mi mamá me trataba de ayudar escondiéndome la comida que engordaba, me sentía más enojada y frustrada, y por ende, ansiosa, y el deseo por comer se intensificaba. A veces, al tratar de estar a dieta y romperla, me sentía tan mal por hacerlo, tan culpable y fracasada, que el círculo vicioso de la ansiedad me hacía comer más aún. Y en mi mente lo trataba de justificar diciendo “si ya la embarré, para que embarrarla solo un poco, démosle con ganas”.

He hecho dietas. Muchas y variadas. Con ayuda de médicos y por mis propios medios, siguiendo alguna que me han recomendado o mi propio sentido común (que lo tengo, con padres médicos sé bien lo que no debería comer, o lo que debo comer con mayor moderación, pero casi siempre elijo ignorarlo).

A veces los resultados han sido muy buenos, de hecho, excelentes. Pero siempre vuelvo a subir. Una vez bajé mucho, estaba por fin en mi peso ideal y logré mantenerme en él por bastante tiempo, más de un año. Pero volví a pasar por un mal período personal y… ¡adivinen! Volví a subir de peso.

Me di cuenta que puedo bajar de peso sola, sin demasiada ayuda de otros. O sea, obvio que aprecio el apoyo de mi novio, mi familia y amigos más cercanos. Si estoy en un buen momento emocional, como lo estoy ahora, casi no necesito ayuda, la fuerza de voluntad llega sola, decido lo que quiero, y trabajo por lograrlo con dedicación y responsabilidad (jamás trataría de hacer una dieta que pueda hacer daño a mi cuerpo). Pero apenas tengo problemas personales, cuando paso por períodos de mayor ansiedad (puede ser por algo tan simple como estrés o frustraciones laborales), cuando la vida se pone complicada, vuelvo a caer en mi obesa adicción: la comida. Y no por gusto, no por disfrutarla (lo cual sería agradable y sano si lo hiciera midiéndome), sino por engullir, por tragar, incluso hasta sentirme físicamente mal.

Para superar esto, necesito más ayuda de la que estaba dispuesta a reconocer. Para bajar esta vez y no volver a subir, para cambiar mi estilo de vida para siempre, necesito hacer más. Por eso comienzo este blog, y por eso les pido a ustedes, bloggers, que me ayuden. Ya lo hacen al contar sus propias experiencias en sus blogs, las cuales he leído a veces anónimamente y otras les he posteado desde mi otro blog personal, así que algunos hasta “me conocen”. Ahora necesito que me digan “te leemos y te seguiremos leyendo”, para saber que no estoy sola en esto, que si otros pueden, yo también puedo, y para econtrar más fuerzas para seguir cuando las cosas se pongan feas, momentos en los que normalmente caigo en la tentación y vuelvo a recurrir a mi obesa adiccion.

PD: Soy una persona a la que le cuesta mucho pedir ayuda. Una fanática de la frase "yo puedo sola" aunque sea mentira. Por eso es un acto de humildad muy grande para mí hacer esto. Reconocer públicamente mi problema y pedir ayuda. Si lo hago "anónimamente", es sólo para evitar visitas no deseadas, pero no por vergüenza. Quienes me conocen saben esto de mí y compartiré este blog con ellos. Pero necesito hacer este acto de humildad de escribir esto (escribir es tarapéutico para mí), reconocer públicamente mi problema y pedir ayuda. Creo que es el primer paso para superarlo.

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